divinidades olvidadas se desplazan
sobre las calles del centro de Santiago.
muchedumbres de fantasmas, espectros,
espíritus brillantes porque luz emana
del lugar donde antes estuvieron sus heridas.
marchan, en procesión
con las manos abiertas y vacías protestan
exigen memoria
exigen que Chile pronuncie sus nombres
pequeños dioses que descienden
desde los altares familiares
desde grutas luminosas instaladas
en el pecho de quienes padecen ausencia
para buscar el culto que este país nunca les ha entregado
en busca de disculpas y plegarias que antes de nacer
cayeron al suelo de la desidia
después de mucho tiempo a la sombra de la justicia
han abandonado sus lares, cuando la luz amenaza
con dejarlos apagarse en el recuerdo de los suyos
a medida que avanzan por el camino
se unen filas infinitas de siluetas invisibles
que no son aparecidos
son divinidades olvidadas
pero aunque son miles
un país completo se niega a mirarlos
se asomarán desde agujeros dejados por la muerte
en edificios, pasillos
en todas partes se verán sin rostros
entrarán por las ventanas volando
soñamos con ellos
y los recibimos en nuestro pensamiento
para entregarles nuestras bocas,
nuestras manos
y permitirles
decir
(Galo Ghigliotto)
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