Cabeceras intervensionistas
que en este sistema político social
donado por su führer
besan lacónicamente
sus dedos con anillos de oro
¡Si de oro y diamantes!
ya que el perdón les golpea la puerta
y ellos con su arrogancia
lo quieren comprar
con sus traidoras mejillas.
Citaré un libro:
“Doce voces gritaban enfurecidas, y eran todas iguales. No había duda de la transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible dis¬tinguir quién era uno y quién era otro.”
Bienaventurados los que torturaron
ya que de ellos es el reino de Chile.
Bienaventurados los que torturaron, violaron y asesinaron a sus compatriotas
ya que ellos serán perdonados.
Y las mentes caminantes
las memorias sentadas en el pasto
de la plaza de la prostitución, perdón quise decir constitución
están jugando a ser ancianos con Alzheimer
y jugarían nuevamente a ser pirómanos
aferrados de sus cultos
practicando juegos sagrados
como si el perdón fuera un número
en la mesa de un casino
como si el perdón fuera
la gran confesión para su salvación.
(Leonardo Arturo Ciudad Ramírez)
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