Los desaparecidos,
están en todos los pórticos de las calles gimiendo
podredumbre de justicia.
Lavan las calles con orgásmica de muerte,
se acuestan horizontales sobre las balas del aire
oran al matutino dios de la nostalgia.
Están pariendo huesos
mutilando lenguas
cegando ojos en la diáspora ondulante de las patrias
recogiendo restos bestiales de oscuro aniquilamiento.
Lo vertical nombra las cabezas
el fusil atraviesa el interno golpe en las heridas
de un plumaje color marfil que rueda
entre Santiago
y el Mapocho.
Hay ríos de enlutado-silencio,
ligeros perros escriben parietales gritos en las plazas.
Se inventa Chile,
lejos y fuera de las vertientes
en el estridente asco de lo mortuorio.
Todo origina sobre trozos de cabezas,
en lo impúdico y exhaustivo del dolor
Y el dolor fue una excusa en la fiesta del hambre
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(Carla Valdés Del Río)
Psicóloga Reclutamiento y Selección
Impecable tu poema, Carla. Poesía grande en el máximo dolor.
ResponderEliminarMi abrazo
Rosario