lunes, 26 de julio de 2010

La deuda del testigo

A los compañeros

Todo aquello que no pudo ser dicho
lo que nunca fue descifrado
aguarda en vasijas de tiempo
la hora resuelta de su escritura

Las confabulaciones de los mayores
eran transparencias que el aire evitaba
exterminio se cernía sobre ellos
y ni el aire juega con ese dictamen

Susurros que se esparcen constantes
son visiones de un ejército de langostas
mi oído atrapaba redes futuras
nada más pudo ofrecerme la poesía

Seguí el paso del hilo
tejiendo un murmullo invisible
a hablar aprendería con los años
pues sobreviví al hacha silencio

Contener ese aliento es mi cometido
en vasijas de tiempo lo tengo a salvo
yo, la niña obediente
la guardiana de lo que calla.

(Alejandra del Río)

1 comentario:

  1. He leido estos poemas que me enviaron el link de otro país. SON HERMOSOS Y A LA VEZ DESASTROSOS
    porque nos hacen recordar el horror que vivieron tantos compañeros y algunos ni siquiera compañeros, porque esta gente mató a quien se le puso por delante. Les daban pastillas para bajar de peso, segun cuentan los soldados rasos, pero parece que eran las mismas pastillas que daban a sus perros que andaban con ellos persiguiendo a la gente. Muy buena esta idea , ya que aquí en Chile están haciendo los amarres para indultar a cuanto desgraciado que ayer mató , solo por pensar diferente, salga en libertad. Con cariño para todos los poetas dueños de estos poemas.Una mujer que siempre abogará por la justicia y la libertad.

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