jueves, 22 de julio de 2010

CERRADO POR DUELO

Esos huesos que asoman son sílabas de tiempo,

signos huecos y blancos de un lenguaje roído,

cráneos significados por la tierra y la noche,

ambarinas dentaduras sin eternidad ni risa.



Esos huesos que asoman son el polvo del polvo,

una sucia escritura dispersándose al viento,

fósiles negativos velados con silencios,

cuencas arrancadas de cuajo a sus espectros.



Esos huesos que asoman son prótesis de la nada,

falanges que enternecen la página del miedo,

húmeros con esporas nutridas por el calcio

cóncavo de la vida adherida a los muertos.



Esos huesos que asoman cierran tarde sus deudos,

y ofrecen un dolor plano cocido a entierro lento,

florecidos de musgo los sacros calvos yertos

envilecen los ojos que los miran desiertos.



Esos huesos que asoman son la carne del cielo,

la cáscara de un crimen sin prontuario ni duelo,

resurrectos opacos, indicios esqueletos

nombrados contra el polvo y en el polvo deshechos.


(Jaime Huenún)

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