Ahí están ellos
los que no confiesan
los que no evidencian sus ansias obsesivas
cuánto silencio cabe en los ojos culpables
cuánto silencio cabe
cuánto silencio
Arrastro cierto desconcierto en el breviario de mis días
los corajes
los amores perdidos
las madres violentadas a centímetros del espanto
no hay agujeros petrificados en la historia de mi pueblo,
no hay oráculos acomodando la soberbia marca de los años
Hoy su lastre resquebraja las sonrisas
la caridad, los aleteos, las escamas de podredumbre seca
Y nosotros
y el óleo espeso que no duerme
y la cruz tatuada a las espaldas
y la figura país maltrecha
Muero tres veces por las noches violadas
en niebla humillada
en futuro olvido
en Arcada vieja muero.
(Cristina Gallardo)
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