Vivo detrás de una hoguera hinchada,
esperando que el montón de argumentos que escondes bajo el catre,
se hunda en cascos medios grises y cargados de musgo.
Soy testigo del rostro partido que llevas en medio de las rodillas,
de las calles chillonas por sobrecarga de condenas,
de los portazos en las murallas censuradas,
de la historicidad cuestionando el malestar de las corbatas.
Soy testigo de una conciencia atontada en gargantas complejas,
de tu rutina pisándonos las razones,
de un fragmento masticando nuestro entorno,
de confesiones ajenas y manos que delatan.
Soy testigo de la invisibilidad que nos agarra del cuello,
que naturaliza el hecho saqueándonos los huesos,
que nos torna insignificantes pateándonos los puños
y moldea las articulaciones del acto social.
Soy y somos testigos,
de memorias que mutilan la tierra.
Constanza Marchant.
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