sábado, 24 de julio de 2010

Innombrable

Te llamo porque es tarde. Te llamo porque es tarde y no sé desde cuando está ahí esa virgen en el cerro que me mira como pidiéndome un favor. Me imagino que mucho antes de que naciéramos, yo y mi descendencia. Y que tú nacieras, porque no tengo recuerdos de esta ciudad sin ella. El innombrable decía que cada persona debía sentir que la virgen lo vigilaba, día y noche, como si no bastara con la montaña. El innombrable creía que la virgen era un vigilante más. El no entendía los Andes, la madre del mundo. El no entendía nada mamá, quería matarlos a todos y lo logró. Eliminó un pueblo entero como una plaga negra mamá. Como un veneno. El y sus gentes mamá. Lo hizo de a poco para asustarnos, para obligarnos a obedecer. Todos los domingos. Comulgaba. Comía el cuerpo de Cristo pensando en los cuerpos cercenados y lanzados al mar. El quiso que el mar callara. Lo cercó para siempre. Lo tornó más frío y azul. Cómo se ponen los cuerpos que no son enterrados. El comía el cuerpo de Cristo pensando en las vaginas incineradas mamá, en los testículos electrificados. El soñaba todas las noches que violaba a María y sus hijos.

Mató en nombre del pueblo al pueblo, como poncio pilato y ahora lo quieren resucitar.

Begoña Ugalde P.

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